lunes, 26 de septiembre de 2016


DESARROLLO PSICOMOTOR


Se considera el desarrollo como la capacidad de transformación y perfeccionamiento de las funciones globales del individuo en el aspecto físico, emocional, intelectual y de relación con el ambiente y la sociedad.
El desarrollo del niño depende fundamentalmente de la maduración y perfeccionamiento de su sistema nervioso, y hasta que esto no se produzca no es posible que adquiera las habilidades y destrezas correspondientes a cada edad.
En el niño normal, estas etapas se van sucediendo lenta pero continuadamente durante los primeros años de vida, sin necesidad de un aprendizaje programado.
A pesar de esto, los padres pueden estimular el desarrollo de cada una de estas capacidades o aptitudes haciendo que el niño las adquiera en un tiempo menor o con una habilidad mayor.
La dedicación, el estímulo, las caricias y las palabras de los padres influyen de una manera positiva en el desarrollo psíquico y motor de su hijo. El niño, en su desarrollo, nunca se saltará una etapa, por tanto, no aprenderá, por ejemplo, a hablar sin antes haber balbuceado, ni iniciará la deambulación antes de aprender a sentarse.
La comprobación de estas capacidades forma parte de los controles de seguimiento normales por parte del pediatra. Las fechas anotadas son orientativas, por lo que se tendrá en cuenta que cada niño lleva su propio ritmo de desarrollo.

Principios de desarrollo 

  • El desarrollo es un proceso continuo, desde el momento de la concepción hasta la madurez.
  • El desarrollo depende de la maduración del sistema nervioso.
  • La secuencia de las etapas del desarrollo es igual para todos. El grado es lo que varía, según el niño.
  • Los movimientos reflejos, involuntarios, son anteriores a los movimientos voluntarios.
  • El desarrollo se produce en sentido céfalo-caudal; esto es, se perfeccionan antes las funciones de la cabeza, y después, las de las piernas.
  • Ante un estímulo, el niño siempre da una respuesta proporcionada a aquél.






PSICOMOTRICIDAD


Se entiende como psicomotricidad a la intervención educativa o terapéutica que tiene como objetivo el desarrollo de las habilidades motrices, expresivas y creativas del niño a través del cuerpo, lo cual significa que este enfoque se centra en el uso del movimiento para el logro de este objetivo.
 La psicomotricidad está basada en la relación psicosomática (cuerpo-mente) que se refiere al hecho de que el factor corporal modifica el estado psíquico, es decir que todas aquellas experiencias motoras que ofrezcamos al niño ayudarán a que fije nuevas habilidades y de esta manera se modificarán las antes aprendidas.
 El papel de las docentes es fomentar la práctica de actividades motrices, las cuales variarán de acuerdo a la edad y el proceso de desarrollo del niño, para ello es necesario estar informadas acerca de las características del niño en sus diferentes etapas.
 El afecto también es un elemento importante en la psicomotricidad porque entre el movimiento y las emociones existe una relación, por tanto cualquier concepto que se le enseñe al niño tiene una resonancia afectiva que debemos tener siempre en cuenta.
 La psicomotricidad en los niños se utiliza de manera cotidiana, los niños la aplican al correr, saltar o al jugar con la pelota. Mediante estos juegos los niños desarrollan habilidades correspondientes a las diferentes áreas, por ese motivo ofrece muchos beneficios a los niños.


 Importancia y beneficios de la psicomotricidad

  • Sirve como un canalizado, ya que el niño puede descargar su impulsividad sin culpabilidad. Esta descarga será determinante para su equilibrio afectivo.
  • Facilita la adquisición del esquema corporal, permite que el niño tome conciencia y percepción de su propio cuerpo.
  • Favorece el control del cuerpo, a través de la psicomotricidad el niño aprende a dominar y adaptar su movimiento corporal.
  • Ayuda afirmar su lateralidad, control postural, equilibrio, coordinación, ubicación en tiempo y espacio.
  • Estimula la percepción y discriminación de las cualidades de los objetos así como la exploración de los diferentes usos que se les puede dar.
  • Crea hábitos que facilitan el aprendizaje, mejora la memoria, la atención y concentración, así como la creatividad del niño.
  • Introduce nociones espaciales como arriba-abajo, a un lado-al otro lado, delante-detrás, cerca-lejos y otros más, a partir de su propio cuerpo.
  • Refuerza nociones básicas de color, tamaño, forma y cantidad a través de la experiencia directa con los elementos del entorno.
  • Se integra a nivel social con sus compañeros, propicia el juego grupal.
  • Ayuda a enfrentar ciertos temores, el niño fortalece no solo su cuerpo sino también su personalidad superando así ciertos miedos que antes lo acompañaban.
  • Reafirma su auto concepto y autoestima, al sentirse más seguro emocionalmente, como consecuencia de conocer sus propios límites y capacidades.